Crítica cinematográfica: Beetlejuice 2 (2024)

Una andanza alocada y divertida

La muerte es un acontecimiento irrefutable a que le tiene miedo gran parte de la población mundial, no obstante, existe un ser sarcástico e irreverente con un inmenso poder viviendo en el mundo del "más allá" quien será solicitado de nuevo para ayudar a los vivos... Beetlejuice 2... es la obra que reseñaré próximamente... acompáñenme a esta travesía acontecida en una realidad meramente utópica.

Hace unas jornadas atrás, sentado plácidamente en las butacas del cine local, pude disfrutar Beetlejuice 2, titulada en Hispanoamérica como Beetlejuice Beetlejuice, dirigida por el legendario realizador Tim Burton, afamado por participar en entregas como Batman (1989), Edward Manos de Tijeras (1990), Marcianos Al Ataque (1996), etcétera. Rodeado por un equipo integrado por Dede Garnerd en la producción, Alfred Gough como el guionista, Danny Elfman su componedor musical, entre otros. 



Esta cinta estadounidense cuenta la historia de Lidia Deetz, una mujer médium y conductora de su propio show sobrenatural que tiene un éxito imparable en los ratings, aunque, a pesar de eso, la relación casi nula con un miembro familiar será más que una angustia para ella. Como leña al fuego en medio del candelero, tras haber dejado al olvido un individuo problemático e impresentable primaveras atrás, esta progenitora se verá obligada a contar con sus servicios nuevamente.

Su elenco está conformado por artistas como: Michael Keaton, Winona Ryder, Jenna Ortega, Monica Belucci, Willem Dafoe, Catherine O'Hara, Arthur Conti.




Beetlejuice 2 es una cinta entretenida que funge como secuela directa de Beetlejuice (1988) tres décadas después, caracterizada principalmente por géneros cinematográficos tan reconocidos como la comedia y la fantasía, que sobresale esencialmente debido a su trama soez e intrigante, actuaciones increíbles del reparto, banda sonora atrayente y efectos especiales deslumbrantes.

La travesía sobrehumana da inicio curiosamente en un set ante las luces y cámaras, con la querida gótica Lydia conduciendo un programa televisivo "en vivo" ante una conglomerada e importante audiencia durante el capítulo. Aunque al principio todo aparentaba transcurrir normalmente, mientras imágenes tétricas y sobrenaturales invadían mi retina, una visión impactante se suscitaría recordándole un AYER que ella creía haber enterrado en lo más profundo de su consciencia.

Ulteriormente, asustada y temblorosa por el hecho previamente citado, Lydia -a pesar de poder ver muertos en cada esquina a causa de su talento- sentía un pánico inigualable que aparentaba no ser calmado con cualquier arenga. Oportunamente, hace su entrada Rory, el actual novio de Deetz, quien mostraría afecto a su pareja para tratar de alivianarla a como de lugar. En medio de esto, una repentina llamada de un allegado suyo irrumpe todo su plan mediático.

Teniendo una expectativa dividida antes de verla, la icónica introducción de esta continuación me generó una emoción única como si fuere un niño, dando muestra prontamente del toque singular de Tim pero también un prólogo que desde sus créditos me agradó gracias a esa canción horriblemente atractiva. Así, estos primeros minutos me han dado una buena e indescriptible sensación para lo que prosigue.

Volviendo a pisar tierra tras flotar en la nebulosa por unos instantes, la rara L. Deetz rompe velozmente su rutina para acudir al llamado de su "amada" madrastra Delia, en medio de su galería de arte, quien se ha enterado del fallecimiento inesperado de un familiar en conjunto luego de un viaje a una localidad exótica por intereses laborales. Hundida en la incredulidad y el sentimiento de la tristeza, Lydia se verá en la necesidad de recomponerse inmediatamente para contárselo a su distanciada hija -tarea nada sencilla a causa de la enemistad.

Presentemente, al siquiera imaginarse cual será la reacción de su nieta cuando se entere de la partida física del querido allegado, Rory y Delia toman la decisión de acompañarla hasta el paradero de Astrid, haciendo honor a ese trillado refrán que dice "mientras más, mejor". En consecuencia, como si se tratase de una jugarreta del destino por una circunstancia más que relevante, tendrán que hacer acto de presencia por unos días en el misterioso pueblo Winter River, comunidad donde está localizado un inmueble encantador y paranormal que pocos se atreven a entrar.

Muchos abriles han transcurrido desde la última vez que el núcleo familiar Deetz estuvo bajo el techo de su anterior vivienda, una experiencia memorable que le cambió la vida tanto a dueños como a visitantes que osaron adentrarse a mencionada estructura. La escapada de Lydia, Delia, Astrid y compañía, acaece por un capítulo lamentable que entristece sus corazones; empero, al ser plasmado en pantalla el clásico y deslumbrante poblado, fui empujado inmediatamente a una máquina del tiempo con destino a la "nostalgia".

Efectuado el cambio de aires al chico y antiguo Winter River, mi sonrisa de oreja a oreja se hacía presente en mi cara simultáneamente a la escucha, literalmente, de esa estrofa distintiva en mi mente (intuyendo lo que lentamente se avecina al entramado). Asimismo, Astrid, rivalizada con su madre y sin apoyo paternal, la agraciada señorita tendrá que transitar una vertiente difícil en lo sentimental, quien hará una excursión lejos de su "zona de confort" por primera vez -y vaya el sitio que le escogió el azar para hacerlo.

Sin embargo, como renuente a cambiar con el pasar de los años, el sitio memorable -inspirado por el director (Burton) en el "estado nuez moscada" de Connecticut- conocido por sus paisajes e inmenso bosque que lo rodea, recibe a los Deetz  con los brazos abiertos en medio de un doloroso luto. Aun así, como un set cambiante tras bambalinas, una colina ondulada en la cual yace una alta y victoriana residencia que aterrorizó a familias enteras gracias a un maligno secreto: damas, caballeros y difuntos, es la Casa Deetz  de la que me expreso.   

Por consiguiente, Lydia y Delia al estar en frente de las puertas del anecdótico recinto, por más que lo intenten no pueden esconder ni un poco en sus líneas expresivas, el pánico que les fue originado al estar viviendo dentro de esas cuatro paredes. El hoy para la familia Deetz es ajetreado y muy distinto en lo emotivo a la vez anterior cuando moraron bajo la victoriana construcción decenios atrás. Angosta y modernizada considerablemente, una sensación renovada parece haber removido de los tabiques cualquier resto inmemorable de ese pretérito para el linaje; pero, en un acto extrovertido de aplacar las ansias de curiosidad, es descubierto un coroto que estaba oculto en uno de los cuartos.

Justo en este instante acaecería un punto de inflexión en la ventura, al ser revelado ante la mirada mía y la del resto de espectadores, un indicio de que el caucásico demonio aun esta merodeando cual ente pese al prolongado período sucedido, solo a la espera de ser requerido por un humano en el plano terrenal. En virtud de eso, una pared intangible de suspenso en el argumento parece ser la que soporta el indetenible capricho del destino por ver al cadavérico "Mr. Juice" en acción.

De vuelta a lo que nos compete, algo que no puede marchitarse es el amor por tus seres queridos, complicada tarea para el estirpe Deetz -en especial Astrid- quien poseía un inmenso aprecio afectivo por quien partió recientemente al infinito universo del "otro lado". Pese a esto, la descendiente de Lydia encontraría accidentalmente una seductora distracción al conocer a Jeremy, un joven intelectual con un pasado encubierto, quien vive en el centro de la comunidad junto a sus padres. Este cruce entre los dos jóvenes contemporáneos, resultaría desembocar en una química romántica casi palpable entrambos.

En un pasaje abundantemente curioso, la fecha de Halloween estaría a la vuelta de la esquina en tanto los Deetz hacen vida en Winter River, población que se prepara para celebrar colorida festividad anticipadamente citada. Igualmente, Lydia, preocupada por sus repentinas visualizaciones del cadavérico bio-exorcista, no deja de pensar en una posible reaparición que pudiera desencadenar en reacciones innumerables. En la otra cara de la moneda, se encuentra la pelirroja Delia, afanada en sus quehaceres laborales sin dejar de compadecerse -así sea un poco- de su hijastra por esa indeseada viabilidad.

Niños disfrazados, caramelos por dóquier y adornos que hacen gala en las calles para conmemorar esa antigua solemnidad nombrada "noche de brujas", pareciera a esta altura del compromiso estar desembocándose un atolladero sobrenatural en todos los ámbitos habidos y por haber. Causalmente, en la existencia post mortem se manifiesta finalmente el elocuente Beetlejuice, plácido y trajinado al ocupar un cargo importante (bioexorcismo) en el excéntrico reino de los muertos, tipejo que aun no olvida a su adorada Lydia.

Las piezas del rompecabezas, justo como en el popular juego de mesa, van engranando una por una haciendo de la crónica un suntuoso y abundante relato con varias cosas sucediendo paralelamente. Para colmo, faltaba más, una extinta y obstinada dama con el nombre de Delores, ex-esposa del señor Juice, surgirá de la tenebrosa oscuridad para vengarse del exorcista cueste lo que cueste. Desatando súbitamente la mirada del cuerpo policial al detectar una actividad sospechosa, específicamente del detective fantasma Wolf  Jackson, caricaturesco fulano con una vocación empedernida de "capturar al villano".  

Sin duda alguna, varios aderezos narrativos salen a la palestra peliculera, donde en una feroz pulseada que se desata simultáneamente en múltiples planos, con los Deetz, Beetlejuice y demás, todos pretenderán subsistir sea lo que fuere ante las diferentes vicisitudes del místico conflicto que se avecina, los cuales transformarán la visión hasta de los más escépticos. 

Nuevamente, en pos de 36 años desde la primera producción protagonizada por el diantre trajeado de blanco y negro, el cineasta Tim Burton es partícipe de una creación característica a su antojo, donde independientemente de la correcta instrucción ofrecida por "Timmy" al grupo técnico/artístico para llevar a buen destino este filme, reafirma individualmente la particular y excepcional óptica que aun sigue vigente tras una extensa trayectoria filmográfica. Alfred Gough, guionista y encargado de la historia, desempeña una brillante ocupación en un elemento tan crucial, proporcionándole un atractivo invaluable y determinante al producto final. Por último, y no menos valioso, está el ilustre compositor Danny Elfman, que capta la esencia del orbe peliculero con piezas sonoras que causan un placer auditivo.

El conjunto actoral aporta su grano de arena, desde mi punto de vista, siendo uno de ellos el famoso Michael Keaton, dando una muestra de su soberbio talento al encarnar a Beetlejuice, un hombre pícaro y grosero. La gloriosa Wynona Rider vuelve a sobresalir en el papel de Lydia, una mujer introvertida e inteligente. Catherine O' Hara, insigne actriz, personifica de forma magnífica a Delia Deetz, dama existencial y egocentrista. También está la ingeniosa Jenna Ortega, quien representa decentemente a Astrid Deetz, una chica calla e insociable. Los reputados Monica Bellucci y Willem Defoe, por mucho que sus participaciones pecaron de notoriedad, relucen con cada una de sus intervenciones como Delores y Det. Wolf Jackson.

Vale acotar, si bien cuenta con aspectos positivos que la enmarcan como una "gran continuación", el contar con copiosas figuras en el embrollo, personalmente dispersa y desdibuja un poco lo trascendental hasta acarrear en mí una pérdida del foco principal en ocasiones. Y por último, debo subrayar una reducida implicación en la temática de la imponente Delores, variable que pudo haber catapultado superiormente a la malintencionada en su trecho, una menudencia notable pero que no le resta mucho al desenlace.   

Beetlejuice 2 es un deleite visual con una premisa predecible y disfrutable a la vez, cosa que me complace inmensamente como apasionado del cine de Tim Burton a lo largo de las épocas marchadas a la "velocidad de la luz". Hayas visto o no la invención conseguida a finales de los años 80s por el cineasta oriundo de California, este estrambótico y ocurrente largometraje te infundirá un regocijo exclusivo que abrirá en tu mente las recónditas puertas de la melancolía.

Esta película tiene una duración de 105 minutos, fue producida por Plan B Enterteinment y distribuida por Warner Bros Pictures, contó con un presupuesto de 100 millones de $ y su rodaje tuvo paraje en Londres, Vermont y Massachusetts.

Si gustas observar Beetlejuice Beetlejuice, está disponible en carteleras de América Latina a espera de su inclusión a plataformas streaming.

Hasta la próxima, cinéfilos.



Redactado por: Lic. Angelo Medina

      




 


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