Crítica cinematográfica: El Ministerio de Guerra entre Caballeros (2024)

Una aventura histórica y emocionante

La guerra ha sido un suceso cruel que nos ha enseñado con el transcurrir de las primaveras, que la humanidad es la única especie capaz de herirse así misma varias veces a causa de la avaricia, aun así, habrán unos hombres corajudos que pondrán su piel a "carne de cañón" con la intención de virar el timón a favor del bien... El Ministerio de Guerra entre Caballeros... es la obra que reseñaré próximamente... acompáñenme a este viaje suscitado en el indeleble siglo XX.

El día de ayer tuve la dicha de observar en mi plataforma digital favorita, ya que aun no arriba a las carteleras de cine en mi país, una interesante obra titulada The Ministry of Ungentlemanly Warfare, traducido al español como El Ministerio de Guerra entre Caballeros, realizada y escrita por el cineasta británico Guy Ritchie, reconocido por elaboraciones fílmicas como RocknRolla (2008), Sherlock Holmes (2009), The Gentleman (2019), entre otras. En esta ocasión, está rodeado de un equipo técnico integrado por Jerry Bruckheimer en la producción, Christopher Benstead como compositor musical y diseño escénico por Ed Wild.



Este largometraje británico-estadounidense se sitúa en la oscura y acontecida década de los 40s, años distinguidos por numerosos acontecimientos impactantes, que cuenta la historia de unos individuos valientes e ingeniosos con un basto historial laboral en el campo de batalla, los cuales tendrán que aportar su grano de arena desde las sombras si quieren sobrevivir al embate totalitarista de los nazis.

Su reparto está conformado por: Henry Cavill, Eiza González, Alan Ritchson, Henry Golding, Alex Pettyfer, Hero Fiennes Tiffin y demás.



El Ministerio de Guerra entre Caballeros es una obra bélica increíble que se distingue principalmente por géneros cinematográficos tan populares como el espionaje, acción y drama, que destaca sensiblemente debido a su trama intrigante de principio a fin, notables actuaciones del elenco, banda sonora encantadora y labor fotográfica impecable. 

Esta aventura empieza su andar -sin dimes ni diretes- con cuatro sujetos comunes y corrientes navegando pacíficamente en medio de aguas del Océano Atlántico, territorio tomado y localizado en el ojo de un huracán llamado nazismo, quienes poseen una misión secreta con la obligación de cumplir a como de lugar. Aun así, intuyendo los peligros que le avizoran, serán acechados repentinamente por un pelotón que representarán una amenaza. 

Consecutivamente, en un pequeño abreboca de la crónica, el acechamiento en un comienzo de los soldados alemanes a un bote aparentará ser algo rutinario, empero, debido a su empedernida ambición por derrochar su totalitarismo a toda costa, se desarrollará durante la pesquisa un cruce combativo que hará revelar las verdaderas intenciones del cuarteto: ser una piedra en el zapato para el comunismo.

Ante un fragmento repleto de violencia intensa y humor negro acompañado de una pista musical que le aportó un ligero aire de gloria, este preludio singular me atrapó considerablemente, haciéndome recordar levemente -inclusive- a la temática de esa inolvidable creación nombrada Bastardos Sin Gloria (2009), la cual marcó un "antes y un después" en el universo filmográfico.

Volviendo a nuestros menesteres, sacamos el binocular para ponerle atención a lo que nos interesa, y es que actualmente, como en una pequeña pausa, nos enviarán 3 semanas atrás a los iniciales acontecimientos para ponernos en contexto de lo que está sucediendo: Adolf Hitler, empoderado y con un numeroso ejército que actúa a su voluntad, extiende su invasión cada día más por aire y tierra -suceso que tiene sustancialmente consternado al primer ministro W. Churchill, al congreso y al pueblo que lidera. Sin embargo, debido al avance tecnológico que poseen los germanos, estos surcarán por mar también con una invención que acrecentará su amenaza (especialmente contra la isla anglosajona).

Consciente de ello, el corajudo y orgulloso político Churchill se verá obligado a tomar una decisión con la plena intención de torcerle el brazo al enemigo, acordando en secreto junto con Ian Fleming (oficial de inteligencia), fundir un conjunto integrado por tipejos capaces de cumplir un objetivo casi imposible con la finalidad de meterle una zancadilla a la tiranía hitleriana. Aun así, la discreción de ambas figuras tendrá que ser una de sus prioridades, ya que cada paso pudiera desencadenar problemas irremediables para Winston (Churchill) y su gabinete.

En vista de la palpable premura, tendrán que analizar sin mucho detenimiento los posibles candidatos a pertenecer al proyecto estratégico, siendo uno de ellos el fortachón e inescrupuloso Gus March-Phillips, tipo que sería el cabecilla de la agrupación encargada de esta ejecución denominada "Operación Postmaster". Este plan contará también con los espías Heron y Stewart, no obstante, al programa todavía le faltaban integrantes para confeccionar un verdadero equipo; presentándole la organización sobre la mesa, con un poco de renuencia, carta blanca a Gus para escoger a sus tripulantes.

Consecutivamente, en virtud de lo confidencial y complejo de la oferta planteada, el propósito principal no será más que uno solo: detener el funcionar -como fuere- de los temerosos submarinos U (o los U Boat), que están merodeando y causando estragos en el Océano Atlántico, si quieren impedir el asalto de Gran Bretaña (única nación en no caer todavía en las garras del régimen alemán). Asimismo, como ducho en la guerra, Gus no dudará siquiera y seleccionará a cuatro estimados guerreros: Henry Hayes, Freddy Frogman, Anders Lassen y Geoffrey Appleyard.

Aun conociendo las memorias de las guerras mundiales, pude distinguir que más allá del vil sarcasmo reflejado en los diálogos, un gran respeto a ese momento álgido que trastoca la fibra emocional de millones hasta el hoy, captando un aumento gradual de la seriedad del asunto a partir de este acto -fungiendo como punto de inflexión argumental para lo venidero.

Presentemente, retomando la narrativa desde los primeros hechos, Gus platicará concienzudamente con cada uno de los belicosos partidarios, para de una vez por todas "sentar cabezas" con respecto a la relevancia de la labor que decidieron asumir. Pensativos pero con una determinación más fuerte que el hierro, Henry, Freddy y Anders dan el visto bueno inmediatamente, declarando así su lealtad hasta ver la dictadura caer. Pero, por si fuera poco, un improvisto acaecerá súbitamente: deberán desviarse ligeramente para rescatar a una valiosa pieza si anhelan llegar a casa con vida. 

Alistados y mentalizados para la ardua tarea que tienen pendiente, Gus March-Phillips junto a sus socios de combate, zarparán para un destino con un inmenso riesgo contra su existencia, si ansían llevar a cabo sus acciones como estaban previstas en un principio. Un soldado imprescindible con una mente brillante, Geoffrey Applegate, fue capturado y encarcelado abriles atrás por el ejercito Nazi intempestivamente, mientras realizaba uno de sus quehaceres investigativos -siendo posteriormente liberado por sus allegados guerreros luego de un visceral asalto a la isla donde esta recluido.

Como si de una puesta a prueba se tratase, Gus, Henry, Freddy, Anders y Geoffrey, los destinados a acertarle un contundente golpe a Hitler y su imperio dictatorial, han dado un paso al frente y saben que no pueden echarse a un lado al inclemente acometido que juraron solemnemente cumplir mientras fumaran un fino alcohol y los mejores tabacos: pasarle por encima con todo el ahínco al nazismo bajo la indetenible ley de la venganza.

Acertando sobresalientemente, Guy Ritchie, demuestra otra vez lo cómodo que se siente al dirigir y guionizar en este tipo de films, desempeñándose espléndidamente al reunir a un agrupado artístico ideal complementado junto con la redacción de un entramado simple pero atrapante. Ed Wild destaca positivamente en el arte escenográfica, creando un ambiente único e inmersivo en cada escena. El apartado sonoro también cumple un rol significativo, y es que de la mano de Christophear Benstead, sus piezas musicales aportan una epicidad especial en los distintos actos.

El elemento actoral aporta cosas valerosas al producto final, por ejemplo, con una admirable interpretación del afamado Henry Cavill, que personificó al agraciado y musculoso Gus March-Phillips. Eiza González reluce con creces al encarnar a Marjorie Stewart, una agente guapa y perspicaz. A pesar de su corta aparición, Rory Kinnear se luce como el memorable Winston Churchill, un regente elocuente y valiente. Por último está el firme aporte de Babs Olusanmokun como el sagaz y sutil oficial Richard Heron.

Quizás El Ministerio de Guerra entre Caballeros se caracteriza de un argumento levemente trillado a través de la exposición a finales de los 2000s por el gran Quentin Tarantino, pese a esto, la comedia irónica puntual mezclada con la despiadada adrenalina generada por las múltiples balaceras y otros ataques despiadados , no me hace considerarla una copia de aquella proeza (Inglorious Bastards) creada por el oriundo de Tennessee, sino más bien una digna representación de un tema general tan peculiar que transciende nuevamente -con gran notoriedad- gracias a la arriesgada decisión del talentoso G. Ritchie.

Esta cinta tiene una duración de 120 minutos, se rodó en Estados Unidos y Gran Bretaña, fue distribuida por Lionsgate, producida por Jerry Bruckheimer Films y contó con un presupuesto de 60 millones de Dólares.

Si gustas disfrutar de este filme, todavía no arriba a las carteleras de cine en Venezuela, pero si está disponible en la plataforma digital Apple TV.

Hasta la próxima, cinéfilos.



Redactado por: Lic. Angelo Medina 


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