Crítica cinematográfica: El Último Late Night (2024)

 Una andanza insólita y terrorífica

El espacio terrenal es el mundo material al que pertenecen, en esencia, los humanos; no obstante, hay un sujeto que cruzará una línea desconocida muy peligrosa para alcanzar el éxito en su puesto de trabajo a como de lugar... El último Late Night... es el largometraje que analizaré a continuación... acompáñenme a esta travesía suscitada en la particular década de los 70s.

La jornada de hoy, debido a que no pude asistir a las salas de cine el lunes, observé desde la comodidad de mi casa la sorprendente realización titulada Late Night with The Devil, traducida al español como El último Late Night, dirigida, escrita y editada por los hermanos australianos de apellido Cairnes, poco conocidos en el universo filmográfico. En esta ocasión, ambos creadores están rodeados en el equipo laboral por Roy Lee en la producción, Glenn Richards como compositor musical y Matthew Temple su fotógrafo.



Esta obra árabe-australiana se ubica a mediados del voluptuoso y concurrido año de 1970, recordado hasta la actualidad por acontecimientos relacionados con el ámbito político-social, la cual narra la historia de Jack Delroy, un presentador de un programa televisivo nocturno, quien con años en el mundo del espectáculo, anhela desesperadamente establecer su show como el número uno de Estados Unidos - aunque, sin percatarse, esta búsqueda lo llevará a una encrucijada inesperada que lo trastocará por siempre.

Su reparto está integrado por: David Dastmalchian, Laura Gordon, Ian Bliss, Fayzzal Bazzi, Ingrid Torelli, Rhys Auteri, Georgina Haig y Josh Quong Tart.



El Último Late Night es una película caracterizada por géneros cinematográficos tan especiales como el metraje encontrado y terror, fundamentada en una crónica original, que destaca sustancialmente debido a su trama intrigante de principio a fin, actuaciones del elenco increíbles, labor fotográfica fascinante y banda sonora tétricamente placentera.

La andanza argumental empieza de una manera atípica al adentrarnos súbitamente en los sensibles e inauditos problemas de una sociedad estadounidense sumida en una latente tensión, como la guerra, el auge de la drogadicción y un fenómeno que, a pesar de ser incomparables con los previos sucesos citados, no pasaría desapercibido ante la opinión pública: la televisión. Con el estrellato inigualable de un tal Johnny Carson en aquel entonces, de la nada aparecería Jack Dorley, un joven locutor talentoso norte americano con un deseo riesgoso: la fama.

Posteriormente, a través de imágenes ilustradas como si estuviésemos viéndolas desde una televisión setentona, la biografía de J. Dorley sería mostrada brevemente como si estuviésemos sintonizando un canal noticioso de aquella época, divulgando así fragmentos de sus raíces personales y periodísticas previo al "gran salto" mediático, aportando un toque biográfico a la temática. Más, aun causando estima al conocer estos hechos que comprueban la perseverancia por lograr su objetivo, también se vociferaría hace abriles un rumor oscuro del caucásico animador: su posible relación con The Grove (La Arboleda), una asociación relacionada con celebraciones arcanas.

Todo parecía andar ligeramente bien para el oriundo de Chicago en su 4ta temporada de Aves Nocturnas, siendo nominado a premios importantes, inclusive, en diferentes oportunidades, no obstante, pese a su persistencia para lograr ser ranqueado como el mejor espectáculo nocturno de variedades y entrevistas, su carrera tendría un declive significativo con el transcurrir de los años. Asimismo, estando unido con su esposa Madeleine desde hace un tiempo, la existencia de Jack cambiaría radicalmente al enterarse de una noticia impresionante relacionada con su amada mujer.

Actualmente, afectado profundamente debido al inesperado evento catastrófico de su cónyuge, Jack Dolrey se ocultaría unas semanas de los medios tras sufrir semejante desconsuelo, desapareciendo del lente de las cámaras por decisión propia sin saber cual será su futuro en las pantallas. A aun mes de haberse ocultado del mundo informativo, la cadena UBC revelaría el intempestivo regreso del anunciador al Late Night, tomando por sorpresa a su querida fanaticada.

Empero, a pesar de aparecer en escena luego de varias semanas viviendo en la penumbra del dolor por el fallecimiento de un ser querido inolvidable, Jack y su productor Leo Fiske implementarían nuevas ideas para esta nueva etapa televisiva, con todo y eso, veían desde muy lejos la meta que se propusieron alcanzar en sus inicios gracias al descenso considerable de su rating, aunado al triunfo de su rival al posicionarse en los primeros lugares del ranking de la TV estadounidense - provocando el desespero del equipo productivo por ocasionar una impresión receptiva de los admiradores, ya que el contrato de Dorley estaba por vencer y los patrocinadores temían el peor de los panoramas. 

Llegaría al calendario "Halloween", una festividad tradicional muy celebrada en el país de las 50 estrellas, una ocasión inigualable por su gran influencia en la colectividad. Aun así, el patilludo conductor y el resto de los empleados veían la venidera edición con una creciente preocupación, percibiendo por mi parte una tensión intangible que podía palparse desde 500 KM de distancia. Aun cuando las expectativas generales eran bajas, todo estaría en juego la Noche de Brujas de 1977 - el querido Jack tenía trazado un plan radical para intentar transformar su fortuna.

Cual aficionado al haberle permitido su entrada a una sede de distracción, me adentro al set de grabación desde una visión de cámara y técnica narrativa peculiar, brindando así un ambiente más íntimo con lo que se quiere contar. El escenario ha sido minuciosamente adornado con una coreografía representada por calabazas, murciélagos, y demás objetos dignos de una celebración tenebrosa como La Víspera de Todos los Santos. Para ello, Dorley, en complicidad con el productor Fiske, invitarían a distintas personalidades como: Christou, un espiritista famoso, Carmaichael Haig, atorrante ilusionista y la Dra. Ross June Mitchell, escritora y parapsicóloga, con la intención de remembrar a cabalidad antedicha conmemoración -vaya que sí lo harían.

J. Dorley, damas y caballeros, siendo recibido elocuentemente por el público y su leal compañero de plató, Gus, presentarían lo que pudiera ser el último capítulo de "Aves Nocturnas" al aire. Todo comenzaría bajo el comando de un showman natural y sarcástico, algo acostumbrado de ver en sus anteriores actuaciones -creando una atmósfera amena en los presentes. A pesar de ello, la fecha aclamaba un sentir tan raro e inexplicable como el misterio, pero más que misterioso, diría escalofriante, iba a ser la participación del primer convidado.

Su punto de inflexión acaecería súbitamente a esta altura del film, donde en un abrir y cerrar de ojos, una circunstancia imprevista daría cabida a factores atípicos que están mas allá de la percepción humana, permitiendo la exploración a una dimensión sobrenatural muy distante a la corpórea. Al principio sería visto en el auditorio como una especie de mala función con trucos brillantes, en realidad, este acaecimiento abriría la puerta a lo desconocido.

Un slogan no oficial que vociferó en muchas ocasiones Jack Dorley, era el de incitar a una "mente abierta" por medio de sus episodios, siendo Christou una figura que cumpliría a rajatabla esa frase tan subjetiva. Su don único sería tomado a la ligera al principio, alivianando de cierta forma la  incertidumbre en el entorno, aunque por más que existía escepticismo desde las gradas, su maniobra espiritista prontamente demostraría que estaban errados: detectando la presencia de numerosos entes en el sitio con mensajes por entregar a sus allegados, mas habrá uno con intenciones macabras que surgirá para cubrir la velada en una densa sombra de oscuridad.

Vale acotar, pese a que no soy amante empedernido del terror, esta cinta me ha causado una grata y memorable impresión, haciéndome observar fijamente cada suceso desde el principio hasta el término de la misma. Si bien los consanguíneos Colin y Cameron Cairnes poseen un pasado desapercibido ante la palestra como cineastas, su labor en la dirección, edición y guionización -desde el elemento técnico/audiovisual- ha sido maravillosa; notándose considerablemente en cada imagen plasmada en pantalla. Glenn Richards reluce positivamente como componedor, creando unas pistas musicales idóneas para el clima sobrecogedor. Matthew Temple no se quedaría atrás con su colaboración en la fotografía, descollando con notoriedad en la iluminación y escenografía.

El reparto actoral desempeña una sensacional ocupación, sin duda alguna, y uno de ellos es el célebre David Dastmalchian, quien deslumbra al personificar al protagonista Jack Dorley, sujeto avaricioso e ingenioso. Ian Bliss sorprende como Carmichael el Conjurador, un tipejo impertinente e incrédulo. Por último está Rhys Auteri, luciéndose al encarnar a Gus McConnell, persona culta y perceptiva. 

Con el pasar de los decenios, el horror ha estado inmerso en Hollywood y el ámbito mundial por sus ya trillados sustos a través de ángulos que generan una sensación escalofriante, logrando establecerse como una característica distinguida hasta la actualidad. En la excepción, con una fábula atrayente como si de un documental antiguo se tratase, El Último Late Night, aporta una oportuna y necesaria bocanada de oxígeno que probablemente repercuta enormemente en los ulteriores proyectos de esta clase.

Esta entrega tiene una duración de 93 minutos, fue rodada  en Australia, empleó un uso de arte generado por Inteligencia Artificial y sus efectos especiales fueron prácticos, es distribuido por Umbrella Entertainment, producido por Spooky Pictures.

Si gustas disfrutar este filme, se estrenó en cartelera internacional el 22 de marzo del actual año y puedes encontrarla en la plataforma por suscripción Shudder.

Hasta la próxima, cinéfilos.  

 

   





 


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