Crítica cinematográfica: El Niño y la Garza (2023)

Un viaje simpático e ilusorio repleto de mucha emoción 

La guerra es un conflicto social que ha estado presente en las páginas de ese volumen llamado humanidad, infestando el aire de un humo denso de maldad, empero, hay un chiquillo que sobrellevará mencionado suceso doloroso al conocer a un ser que lo conducirá a un mundo increíble... El Niño y la Garza... es la obra que abarcaré próximamente en la siguiente reseña... acompáñenme a esta fabulosa aventura suscitada al principio de la acontecida década de los 40s.

Debido a que aun no arriba a las carteleras de cine en mi país, pude disfrutar vía online, a través de mi plataforma digital favorita, la película titulada como The Boy and The Heron, traducido al español como El Niño y la Garza, dirigida y coescrita por el afamado japonés Hayao Miyazaki, reconocido internacionalmente por participar en realizaciones como Mi Vecino Totoro (1988), Porco Rosso (1994),El Viaje de Chihiro (2004), etc. En esta ocasión, conforma equipo laboral junto a Toshio Suzuki en la producción, Joe Hisaishi como compositor musical, Atsushi Okui su fotógrafo y Takeshi Seyama en el montaje.




Este film nipón se ubica exactamente en el año 1943, primavera trágica causada por una disputa bélica con grandes repercusiones para la isla peninsular (Japón), la cual narra la vida de un joven nombrado Mahito, quien luego de perder a un ser querido muy especial, tendrá que habituarse a un nuevo lugar que se convertirá en su hogar y subsistir ante las circunstancias. Para su fortuna, conocerá a un extraño animal que lo conducirá a una experiencia asombrosa e inolvidable.

Su reparto está compuesto por actores de voz como: Soma Santoki, Masaki Suda, Aimyon, Yoshino Kimura, Takuya Kimura, Shohei Hino, entre otros.





El Niño y la Garza es una cinta espectacular que posee un argumento original distinguido por un género cinematográfico tan apreciado y amado como la animación, fundamentada ligeramente en la novela literaria "¿Cómo vives?", libro escrito por el dramaturgo asiático Yoshino Genzaburo. Esta producción destaca sustancialmente debido a su trama empática y sensacional, secuencias visuales memorables, banda sonora conmovedora y labor fotográfica brillante.

La andanza peliculera inicia su desarrollo cuando Mahito, con 12 años de edad, vivía placenteramente con sus padres en una casa aledaña a la ciudad mientras acontecía una conflagración armada entre su nación de origen y otra lejana, pero ante esta pugna llevada a cabo en aire, mar y tierra, la latente posibilidad de sufrir un percance penoso se materializaría -ocasionando el fallecimiento de su adorada madre Hisako tras un incendio devastador cerca del sitio donde residían.

Posterior al lamentable hecho ocurrido unos años atrás, su padre Shoichi decidiría digerir la tristeza rápidamente para llevarse a su hijo consigo a una finca alejada de su terruño, propiedad donde eran esperados por Natsuko -la hermana de Hisako- quién de forma inesperada revelaría su embarazo con un futuro miembro para la familia. Paralelamente, el muchachito Mahito, con inocencia y sentimentalismo a la vez, tendrá que sacar fuerzas para acostumbrarse a esta atribulada situación.

Ahora, ya instalados en su actual morada, Mahito empezaría a dar pasos pequeños para adentrarse a la desconocida sociedad donde permanecen, como asistir a la escuela y/o conocer al grupo de mucamas que comparten diariamente con el, aun así, el dolor por la muerte de su mamá lo acecha en cada momento -haciendo muy difícil su proceso de adaptación, incluyendo su convivencia con Natsuko, su tía/madrastra quien está en un sensible estado de salud. 

Exceptuando todos estos escenarios mencionados previamente, algo inusual sucedería ante la llegada del joven Mahito a la presente aldea, ya que un ave particular se aproximaría de manera extraña a la presencia del antiguo foráneo, llamando considerablemente la atención del infante. Esta estadía, hasta los momentos, era muy complicada para el pibe, mas la persistencia del animal volador en llamar su atención, desataría en el un comportamiento instintivo como la curiosidad.  

El primer acto tendría un progreso tranquilo y paulatino, sin embargo, al transcurrir los minutos de la misma, se sumaría al cuento una figura que le daría una pizca interesante, siendo el primer elemento relevante que generaría un giro de 180 grados a la narrativa -una migaja de pan que alimentaría mi intriga por saber qué prosigue a continuación. 

Tras este efímero paréntesis, regresamos al sendero mágico de Mahito, quien a este punto del recorrido no podía dejar de pensar en el llamativo pajarraco que se cruzó en su camino, provocando virar intempestivamente su atención de la nostalgia al fisgoneo por averiguar el ¿por qué? de la actitud del colorido ovíparo. Posteriormente, el hombrecito caucásico indagaría hasta dar con el inhóspito hábitat de la garza: una mansión medieval imponente y tétrica. Queriendo ahondar más en la inmensa estructura, Mahito se vería interrumpido por la preocupación repentina de Natsuko en querer saber su paradero - por ahora, la investigación permanecería en ascuas.

Habiendo despertado un deseo imponderable por retomar la pesquisa rápidamente, en un sosegado instante, la tía de Mahito le confesaría un chocante secreto del citado viejo caserón localizado a las afueras de la parcela, detallando así que una persona estudiosa y culta vivió por un tiempo prolongado allí, no obstante, un suceso inesperado manifestaría su desaparición -cuantiosos abriles atrás- por medio de extrañas circunstancias. 

Actualmente, Mahito también tendrá que acudir a sus deberes como estudiante en la escuela, siendo otro de los desafíos personales en su estancia, ya que al ser un forastero su presencia será mirada -por los estudiantes- con renuencia y apatía. Pese a que daría su mejor ánimo para salir adelante frente a diferentes eventualidades, se vería envuelto en un conflicto que lo conduciría a tomar una decisión impensada y drástica. 

Seguido al precedente episodio, Mahito será obligado a guardar reposo en cama durante un plazo indeterminado, rigiéndolo a calmarse y apartar su lado explorador momentáneamente, mientras se reestablece de lo sucedido. Simultáneamente, esto desataría la ansiedad de Natsuko por anhelar su mejoría más pronto que tarde, llevándola a un cansancio extremo motivado por el delicado estado de gestación.

A pesar de una mejoraría pausada de su salud, el rapaz Mahito sería acosado nuevamente por el garzón blanquiazul, interrumpiendo cesantemente su proceso de restablecimiento, incitándolo otra vez a perseguir al ente con alas, quien ahora más que una compañía sería una pesada molestia, desafiando al chico a retomar el sendero del acecho con más voluntariedad -por más que carecía de vitalidad. Acto consecutivo, al conocerse la desaparición repentina de Natsuko, intuiría el posible destino de su familiar y se armaría de valor con la finalidad de encontrar a su pariente.

Por consiguiente, Mahito partiría envalentonado al destino propuesto a alcanzar, más Kiriko, una de las sirvientas -con un temor casi tangible- se dispondría a acompañarlo para sumergirse al lúgubre e imponente bosque a horas de la tarde, y así internarse de una vez por todas al tenebroso y legendario domicilio - en busca de respuestas relacionadas a la localización de Natsuko. Con una rara sensación previa al ahondar en el lugar habitado por la fiera voladiza, se percatan de la majestuosa apariencia del interior -rasgos similares a la anécdota vociferada entre pueblerinos - contemplando a la lejanía un sujeto misterioso. 

Esto implicaría en un punto de inflexión en la crónica argumentativa, introduciendo al protagonista a una travesía que acaecería en un viraje de tuercas impactante, pasaje inigualable del filme que alterará la existencia de Mahito y sus allegados considerablemente, trayendo como resultado el sumergirse a un firmamento que transformaría sustancialmente su vida.

Empleando una temática compleja sobre el humano y la naturaleza, algo usual en sus trabajos filmográficos, el admirado Hayao Miyazaki vuelve a asumir el rol como director/guionista de forma impecable, plasmando un relato utopista y conmovedor reflejado gracias a la hermosa animación complementada con una labor positiva de producción. Joe Hisaishi predomina por su talento e ingenio musical, creando unas melodías atrayentes que construyen una atmósfera épica. La tarea fotográfica de Atsushi Okui no se queda a un lado, capturando paisajes que le dan una perspectiva visual única. El grupo de intérpretes desempeñaron un papel fascinante, soportando el material audiovisual al encarnar a personajes caracterizados por su iconicidad.

Con una amplia trayectoria como cineasta, esta sería la 15ava faena artística del maestro H. Miyazaki, en plena actividad desde hace mucho tiempo, sustentando en esta oportunidad que todavía goza de esa chispa singular que imprime un atractivo fascinante y especial a sus producciones. El Niño y la Garza es una obra deslumbrante e impresionante con destellos en sus cuantiosos escenarios, de pasajes que constantemente se me hicieron familiares, expresando un mensaje antibélico y pro valores, los cuales convidaron de un misticismo indeleble que hace honor al alma del estimado Estudio Ghibli.
 
Esta confección cinematográfica posee una duración de 124 minutos, debuta paralelamente en IMAX, Dolby Atmos, Dolby Cinema y DTS: X, es distribuida por Studio Ghibli, producida por Toho y su rodaje tuvo un lapso de 7 años. Asimismo, fue premiada con múltiples galardones prestigiosos como los Oscars 2024, BAFTA y los Premios Globos de Oro como "Mejor Película Animada".

Si gustas disfrutar de El Niño y la Garza, en gran parte de Latinoamérica (México, Argentina, Paraguay, Perú, Colombia) su estreno fue llevado a cabo, restando Venezuela a la espera de su llegada a carteleras.  

Hasta la próxima, Cinéfilos.
 
    




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