Crítica cinematográfica: A Millones de Kilómetros (2023)

Una travesía emocional y motivadora

Pudimos disfrutar hace unas jornadas la obra titulada A Millones de Kilómetros, traducido al inglés como A Million Miles Away, creación dirigida por Alejandra Márquez Bella, cineasta reconocida por algunas realizaciones como Narcos: México -serie televisiva (2021) y El norte sobre el vacío (2022), ahora, rodeada por un equipo conformado por Mark Ciardi como productor, Dariela Ludlow en la cinematografía, Herve Schneid su editor y Camilo Lara su compositor musical.



Este filme estadounidense es caracterizado por el género cinematográfico nombrado como biográfico dramático de un ingeniero llamado José Hernández, individuo que es parte de una familia honrada  oriunda de México, quién desde niño laboraba como campesino ayudando a sus seres queridos pero que también piensa en convertirse en un talentoso astronauta -cueste el esfuerzo que cueste.

El elenco está compuesto por actores como: Michael Peña, Garret Dillahunt, Rosa Salazar, Bobby Soto, Julio Cesar Cedillo, Verónica Falcón, Sarayu Rao, Eric Johnson, Jordan Dean, Ashley Ciarra, Michelle Krusiec, Isaac Arellanes, Emma Fassler, Isabel Aerenlund y Michael Adler.



A Millones de Kilómetros es una cinta auténtica con destellos de drama y logros motivacionales, la cual esta basada en hechos reales y gran parte de su material fílmico es extraído de la autobiografía etiquetada como Hernández Reaching For The Stars. Esta destaca principalmente debido a su trama conmovedora, actuaciones del reparto increíbles, escenografía cautivadora y una banda sonora impresionante.

La historia del futuro astronauta nos traslada a Stockton, California, frontera estatal con la nación de México, iniciando con José y su familia buscando ganar algo de dinero como inmigrantes latinos en un país ajeno al suyo. El jóven mexicano tiene una vida dura y complicada, ya que aparte de asistir a una escuela local, debe ayudar como aldeano a sus familiares a tan temprana edad para llevar comida y sustentar los gastos del hogar.

A pesar de un estilo de vida agobiante a temprana edad, José demostraba distinguirse en clase ante los demás por su curiosidad e inteligencia a la hora de resolver problemas matemáticos, y el realizar una tarea en particular haría que se preguntara cual era su anhelo más preciado. El niño José vivía en una casa humilde junto a sus padres Salvador y Julia, su hermana y su primo Beto, pero durante la transmisión del despegue de Apolo 11 a la luna en el año 1969, la interrogante sobre su futuro iba a ser contestada sorpresivamente.

Relatada situación determinaría la ambición más grande del muchacho de origen méxicano, sobrellevando así las experiencias vividas en su niñez con el sustento moral y emocional de sus padres en esa etapa tan crucial de su existencia, obteniendo así luego de muchas primaveras transcurridas su título universitario de Ingeniería en el Instituto del Pacífico, uno de sus primeros logros relevantes.

En un paréntesis corto, cabe destacar la trama encantadora y estimulante que pudimos distinguir hasta ahora en el primer acto, característica que resalta al pie de la letra las condiciones que subsistieron muchas personas en aquella época de los 60s, agregado que le da un aspecto particular y emotivo a la narración. 

Regresamos al transitar que nos compete, y ahora José, un adolescente en plena etapa de formación con ganas de comerse al mundo, actualmente trabajando para la empresa Laboratorios Nacionales Lawrence Livermore, un área de investigación federal donde será puesto a prueba debido a la dificultad del cargo que ocupa y las actitudes discriminatorias de sus compañeros. En medio de todo esto, también esta decidido en rellenar una solicitud para ingresar a la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio) -su meta por alcanzar.

Concentrado en múltiples quehaceres laborales, el amor arribaría de forma inesperada a su vivir, y es que inesperadamente conocería a Adela, una linda chica sencilla y trabajadora, la cual le añadiría un poco de adrenalina a su apática rutina diaria.

Las películas relacionadas con alcanzar sueños casi imposibles normalmente acostumbran ser dramáticas en exceso, pero en una exclusión a la regla, en esta oportunidad estamos ante un evento suscitado en la historia de la humanidad el cual le añade un interés especial que te impulsará a sumirte por completo en esta vivencia peliculera.

Los aspectos destacables son varios, pero uno de ellos es la brillante labor artística de los intérpretes como Michael Peña en el rol de José M. Hernández, un hombre talentoso y persistente. Vale acotar también la interesante actuación de Garret Dillahunt como Frederick Sturckow, un docente ingenioso y estresado. Rosa Salazar reluce como Adela Hernández, una mujer simpática y diligente. En última instancia están Julio Cesar Cedillo y Verónica Falcón, quiénes encarnan a Salvador y Julia, papás hacendosos y afectivos.

Asimismo, se aprecia sensiblemente el oficio de la realizadora Alejandra Márquez Bella en el proceso de rodaje al escoger un elenco ideal y supervisar al equipo técnico con la finalidad que logró facilitar el viaje cinematográfico a buen camino. La faena de Camilo Lara como autor es llamativa, desempeñando una excelente ocupación en lo audiovisual. Dariela Ludlow resalta su participación en cada ángulo e iluminación que se aprecia en el producto final, siendo de los mejores cometidos cumplidos.

Fue producida por MGM Studios y distribuída por Amazon Prime Video, su duración es de 121 minutos, su grabación fue en la Ciudad de México, el idioma del film es en inglés (con algunas líneas del guión expresadas en español latino). Si gustas disfrutar de esta intrigante elaboración, puedes encontrarla en la plataforma de Amazon Prime Video.

Hasta el próximo año, cinéfilos. 

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