Crítica cinematográfica: Napoleón (2023)

Una aventura histórica e inclemente

La jornada de ayer acudimos al cine para disfrutar de Napoleón, realización producida por el reconocido e inolvidable director Ridley Scott, famoso por participar en obras como Alien (1979), Blade Runner (1982) y Gladiador (2000), custodiado por Dariusz Wolski en la fotografía, David Scarpa su guionista y Martin Phipps como su compositor musical.



Esta obra británico-estadounidense se fundamenta esencialmente en la vida de Napoléon Bonaparte titulada como su apellido, distinguida debido al drama como género cinematográfico, la cual cuenta la historia de Napoléon, un personaje controvertido y con ansias de poder oriundo de Ajaccio, Francia, quien vive en el país de nacimiento sumido en la lucha armada por resistir ante la invasión de los ingleses.

Su reparto está compuesto por artistas como: Joaquin Phoenix, Vanessa Kirby, Tahar Rahim, Ben Miles, Ludivine Sagnier y Matthed Needham.


Napoleón es una película visceral y polémica basada en hechos reales registrados en la historia mundial, que se caracteriza gracias a su trama compleja pero directa, actuaciones cautivadoras e interesantes, efectos especiales impresionantes y banda sonora increíble. 

El viaje hacia Europa zarpa con el episodio abrupto y mortal juicio de la reina consorte de Francia María Antonieta, suscitado en la "Plaza de la Concordia" ante los insultos y la algarabía de los pueblerinos presentes, un prólogo intenso -sin duda alguna. Tras mencionada escena, su progreso argumental daría rienda suelta de manera paulatina, por los momentos, presentándonos a un Napoléon con poca experiencia militar pero observador ante la presencia indeseada de los británicos en su nación.

Ante una sustitución importante en el elenco y un retitulado del nombre, la tan anhelada película ha arribado a cartelera ante la gran expectativa del público, generada debido a los resúmenes audiovisuales y nombres reconocibles que componen dicho proyecto. Este filme nos recuerda a esas escenas épicas de películas antiguas como Capitán de mar y guerra: la costa más lejana del mundo (2003) y Libertador (2013), rodajes que nos cautivaron por las acciones y situaciones intensas del protagonista con la semejanza de poseer a un intérprete cruel e intangible como la guerra. 

Tras un comienzo repleto de múltiples acontencimientos cruciales para el futuro de la república francesa, el tema central leva sus anclas para así introducirnos a una de las primeras campañas iniciales de Napoleón, el jóven perspicaz se uniría a las fuerzas de la Revolución Francesa en un rango militar bajo, posteriormente se daría a conocer como oficial de artillería dado a la estrategia en el emplazamiento de baterías artilleras costeras que instaurarán una supremacía total de fuego ante la arremetida previa de diferentes fuertes que protegían Tolón.

Posterior a este suceso triunfal logrado por su determinación y astucia en la contienda que lo bautizaría como héroe del sitio, se le nombra seguidamente general de brigada, evento que sería el causante del afianzamiento de este personero que obtendría paso a paso un rol valioso para la sociedad y el mundo en aquel entonces. 

A pesar del ambiente aterrador y lúgubre provocado por la guerra, Bonaparte se toma un breve descanso de ella asistiendo junto a Jean-Andoche, uno de sus fiables oficiales, a una fiesta alegre y rimbombante repleta de muchas personas con distintas clases sociales. Pero las miradas de Napoleón inmediatamente iban a parar solamente a Josefina, una encantadora y hermosa dama desconocida.

Justo en este momento del acto, se suscitaría un punto de inflexión en la andanza fílmica, ya que nuestros pintorescos protagonistas se sumirían a una relación amorosa viciosa y agitada que cambiaría para siempre la vida de ambos. Uno de ellos en buen momento como combatiente con mucho por experimentar y ella recién saliendo de prisión tras haber concebido varios hijos con un soldado inglés -caminos totalmente distintos. 

Las actuaciones de las distintos figuras son un aspecto positivo del largometraje, y Joaquin Phoenix desempeña una labor brillante como Napoleón Bonaparte, un individuo bélico y sagaz. Vanessa Kirby asume un rol no común en su trayectoria como Josefina de Beauharnais, una mujer adúltera y llena de glamour. 

Vale destacar el majestuoso trabajo de Dariusz Wolski al tomar las decisiones artísticas correctas referentes a la imágen, logrando una apariencia visual inolvidable. por otro lado, la faena de Janty Yates en el vestuario es asombrosa al elaborar casi calcada la indumentaria del siglo XIX. También está Lorris Chevalier, quien tuvo una labranza memorable como asesor histórico. En última instancia resaltamos la tarea de Petra Balogh por los efectos visuales, uno de los mejores cometidos llevados a cabo que te vislumbrará en cada momento.

No obstante, pese a que cuenta con varios elementos admirables, la implicación del vínculo amoroso de Napoleon y Josefina si bien es históricamente acertado, desde la visión del director Ridley Scott detectamos una inclusión excesiva que desvía un poco la atención sobre la incontrastable figura de Bonaparte que acarrea al desarrollo casi imperceptible de sus allegados como personajes secundarios que impide obtener un resultado final mejor del alcanzado -aunado a los sustanciales escenarios de guerra que capturan el cuidado durante un considerable tramo del producto.

El film tuvo una duración de unos largos 157 minutos, es de clasificación "R" y su rodaje tuvo lugar en Lincoln, Inglaterra, en marzo del año pasado. Para el equipo laboral demandó una exigencia alta, ya que para sustituir Notre-Dame de París tuvieron que escoger y preparar a la catedral de Lincoln para emular el parecido a imponente estructura.

Si gustas disfrutar este filme, su estreno en Estados Unidos y Francia fue el 22 de Noviembre del presente año, antes de ser exhibida en la plataforma streaming de Apple TV.

Hasta la próxima, cinéfilos.


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